Capítulo 1

Intentando engañarnos, pero no te diste cuenta de que para mi si que lo eras.
Tumbada en el césped soñé con tu olor y tu mirada, pero todo era tan real…
A veces no sé si creer que eres mi mayor inspiración o que todo esto es una alucinación fruto del tinto de verano con limón.
Porque se que un día me abrazaste… y fui feliz, porque se que nada de esto es un sueño aunque lo parezca.
Dejé de pensar en todo lo que nos lo impedía y te besé.
Hablo de golfos románticos que te roban el corazón.
Me preguntas: ¿Hacia donde van las nubes?
Y me robas un beso.
Cada beso un suplicio y cada beso, rozar el cielo.
Todo resulta más bonito si tú estas a mi lado, ya que mi camino, lo ilumina tu sonrisa.
Ando condenada a cadena perpetua, pero parece que soy libe cuando tus labios se juntan con los míos.
Todo está prohibido y ahora casi nada es legal, pero cuando estoy contigo, me invade la sensación de que nada puede terminar mal.
Besos que nunca son los últimos, tardes de domingo con resaca que no quiero que acaben, días soleados que terminan transformándose en noches tristes si tu no estás a mi lado.
El trayecto del metro debajo de nosotros es simultáneo al orgasmo.
Palabras llevadas por el viento mientras las risas fluyen al lado del ambulatorio.
Pequeños detalles que te hacen único.
Me prometí a mi misma no llorar más y no lo cumplo.
Me traiciono y mis lágrimas se han tintado de color negro procedente del maquillaje de mis ojos.
Cada vez que pienso en todo esto, una sombra se ojos de humedece.
Soy ridícula y lo asumo, son malas épocas para ser feliz, son días tristes en los que nadie te coge de la mano.
Lo peor es que ya no confío, recuerdo que nada sale me sale como yo quiero y no me creo nada, ya que parece que todo es mentira.
Estoy cansada de que todo se vuelva del revés cuando yo pensaba que iba bien.
Adoro hacerme falsas ilusiones y pensar que tú piensas, aunque sea lo más mínimo todo lo que estas leyendo.
Quizás sea una persona ilusa y enamoradiza, pero ando con pies de plomo ya que tengo el corazón descosido.
Eres muy grande, créeme y disfruta de ti mismo, ya que otras personas querrán hacerlo y no podrán.
No hay día que no piense en ti, en el que no añore tu olor y tus abrazos infinitos.
Y es que cinco horas contigo, se me quedan cortas.
Tu vida, es un puzzle infinito donde cada pieza es cada persona que necesitas, y tu eres una de las mías.
Sólo rezo para que no me olvides, sólo busco el camino más corto hasta ti.
Prefiero no pedir más explicaciones y disfrutar del tiempo.
Simplemente, cuando te sientas solo y cuando pienses que nadie camina a tu lado, recuerda que yo si que estuve allí, que yo no fui una alucinación.
Una llamada por la noche me desvela, interrumpe mis sueños, y me canta canciones infantiles al oído.
Pero no me importa, ya que los mejores sueños, los tengo despierta.
Esto sólo es el primer capítulo de toda nuestra historia…